En la segunda parte de este cuatrimestre, hemos visto en clase todo lo relacionado con el índice de inclusión a través de diversas prácticas, siendo la última realizada grupalmente la que nos ha servido para poner en práctica todos los conocimientos adquiridos.
Mediante el índice de inclusión, lo que buscamos es intentar eliminar las barreras existentes que nos podemos encontrar en un futuro a la hora de ejercer nuestra futura profesión. Hoy en día, nadie puede garantizar que en una clase no te encuentres con algún alumno que pueda presentar cualquier síntoma que dificulte su adaptación a la clase o su proceso de aprendizaje respecto a los demás. En la actualidad, a la escuela no se la ve como un lugar que ha de servir como modelo integrador de las personas, lo cual choca con el modelo ideal que debería instaurarse para que ésta fuese a mejor.
A través de una base centrada en el índice de inclusión, los maestros han de ser capaces de derribar las barreras para así intentar conseguir una “integración plena” de sus alumnos tanto en el aprendizaje como en las relaciones entre compañeros, ya sea por motivos psicológicos, familiares, económicos o sociales. Esto debe estar presente en los principios de cualquier escuela pública o privada para lograr en sus alumnos, a parte de los conocimientos teóricos de las distintas asignaturas, diversas actitudes para eliminar posibles prejuicios hacia otras personas, aunque por desgracia no sea vea reflejado en la práctica en muchas ocasiones.
El fin que tiene el índice de inclusión es el de ofrecer a cualquier centro diversos modelos o ideas para mejorar el rendimiento de sus alumnos y a la vez eliminar las barreras anteriormente descritas, teniendo siempre en cuenta las características de cada centro. Para que todo esto pueda llevarse a buen puerto y así conseguir dar un gran paso adelante en la educación, todo, y repito, TODO lo que integra cada centro educativo (junta directiva, profesorado, asociación de padres y madres, empleados, etc.) consigan ir bajo un mismo modelo con el que poder avanzar en la calidad educativa hoy en día.
Aunque pueda parecer utópico esto último, si todos los objetivos que abarca el índice de inclusión son para el beneficio de las próximas generaciones tanto para dentro como para fuera de la escuela (esto último acompañado de una correcta educación por parte de los padres), todos los afectados en esta toma de decisiones deberían poner de su parte para alcanzar el objetivo, debiendo “eliminar” de las tomas de decisiones lo antes posible a aquellas personas que no tuviesen una implicación íntegra, para así intentar poner en funcionamiento lo antes posible el índice de inclusión.
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